La idealización del amor
- Franco Medina
- 20 may 2022
- 4 Min. de lectura

Por: Mariano Quiroga,licenciado en Psicología M.P 370
Amores no correspondidos, amores eternos, platónicos, felices o de adolescentes. ¿Cuánto de todo esto vimos y escuchamos en canciones, libros, películas o frases y nos identificaron en algún momento?, ¿el amor romántico es la única forma de amar?, ¿Cuánto idealizamos al amor?, ¿Todo Sebastián Estevanez necesita su Carina Zampini y toda Soledad Silveyra necesita su Osvaldo Laport?
El amor es una emoción humana compleja que nos cuesta comprender e interpretar porque, por lo general, se tiene una concepto muy idealizado sobre esto. Está la idea romántica en la que muchas personas dicen “el amor es algo maravilloso” o “es lo mejor que a uno le puede pasar”, entre otras frases cliché, y en muchas ocasiones esto no es lo mejor que te puede pasar, porque así como una persona te puede amar de manera “sana” (como por ejemplo acompañarte en los malos momentos, ser un apoyo o motivarte), también hay personas que te aman pero de un modo “perjudicial” (como por ejemplo, te maltrata, te deprime). Como lo que habitualmente llamamos “relaciones tóxicas”.
Yo creo que uno no se enamora de cualquier persona, se enamora de alguien que tiene rasgos que a uno lo enamoran, el cual se instituye desde muy pequeños. Es decir, uno incorpora rasgos de amor que tienen que ver con los primeros vínculos primarios, en el que por lo general son los padres, los abuelos, los tíos, un vecino, un maestro, cualquiera puede cumplir el rol paterno y materno.
El amor no es genético, todos nos enamoramos de algo que tiene que ver con nuestra historia infantil. Algunas personas eligen rasgos que han tenido, y otras los que han querido tener, pero que se han marcado en nosotros, porque el amor es ante todo un reencuentro de eso que amó en la infancia. Se puede tomar como ejemplo un niño que fue maltratado durante gran parte de su infancia, eso después puede reeditarse en sus parejas creando vínculos patológicos.
Desde mi punto de vista y en la misma sintonía de la infancia, todos necesitamos ser amados porque cuando uno es chico necesita, valga la redundancia, del amor de los padres. Un bebé al llorar simplemente no muere porque hay alguien que lo reconoce y lo va cuidar, generalmente son la madre o el padre. El deseo de ser amado está siempre presente en nosotros porque sabemos inconscientemente que no seriamos capaz de soportar la vida sin amor.
Dentro de este punto, también es importante diferenciar el deseo del amor. Este último tiende a idealizar aquello que amamos y es una construcción diaria, con entrega y compromiso, no te lo encontrás de golpe. El deseo, en cambio, es instantáneo, urgente, porque uno desea una parte del cuerpo, una mirada. Incluso puede surgir cuando estamos enamorados y es incómodo, porque se puede amar y ser infiel al mismo tiempo.
Si hablamos de amor, casi indefectiblemente tenemos que hablar de celos. Hay frases muy comunes que actualmente están perdiendo cierta vigencia pero que todavía se escuchan, “los celos son una prueba de amor” o “celar es romántico”, son afirmaciones falsas. Los celos son inseguridades, temores o afectos que se generan cuando uno tiene miedo de que la persona que ama le de a otro lo que quiere para él. Se manifiesta en todos los ámbitos, como en las relaciones fraternas, en el trabajo, etc. Los celos hablan de una falta de amor propio, la persona celosa es alguien que todo el tiempo requiere de otro que le diga cuánto vale, y que lo llene de amor afuera, porque tiene poco amor adentro.
Redes sociales
Si el amor por sí mismo ya es complejo de analizar, en los últimos tiempos se le sumaron condimentos que lo hacen aún más difícil, como las redes sociales.
Yo creo que la virtualidad muchas veces se confunde con lo real, y con respecto al amor, lo condiciona, porque por lo general uno en las redes sociales trata de dejar “una buena imagen”, en la que todo está bien y es perfecto, pero a la hora de conocer a esa persona se puede llevar una desilusión enorme. Por otra parte, en la tecnología, las redes y también en la sociedad, se maneja mucha inmediatez e impaciencia, en lo que todo tiene que ser ya, y cada persona maneja sus tiempos, tanto al estar enamorado como al desenamorarse, por lo general esto es un proceso lento.
Una pareja es un contrato de dos o más personas, donde los mismos ponen sus condiciones para amar, como así también en la intimidad que es fundamental en una relación.
AMOR PROPIO
De todas las formas posibles del amor, el amor propio es la más importante, porque es la única que nos capacita para dar, es lo que nos da dignidad. En ocasiones, es difícil conseguirla porque uno constantemente siempre trata de echar la culpa afuera o al otro, cuando uno es responsable de sus dichos y actos. El amor propio también requiere de cierto equilibrio, porque si se tiene en exceso uno puede puede ser egocéntrico o arrogante, entre otros casos, y por el contrario, la falta de amor propio puede generar inseguridades, miedos, o desvalorización.
Nadie puede vivir sanamente siendo esclavo del otro, sobreexigir amor solo coloca al otro en lugar de objeto, y de un objeto no puedo recibir amor. El amor propio se puede lograr trabajando en uno mismo, yendo a terapia, reconociendo y teniendo autocrítica.
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