Por Mariano Quiroga, licenciado en Psicología M.P 370
Te acostas y apagas la luz de la habitación, pero los problemas y las incertidumbres prenden las suyas. Querés relajarte y la cabeza empieza a pensar todo lo que no tuvo tiempo de hacer durante el día. Pasan las horas y todo sigue igual, pasan los días y también.
Dormir es una de las necesidades básicas del ser humano, tanto como respirar, comer o hacer actividad física. Sin embargo, el insomnio es una patología muy frecuente en la población. Según el Hospital Alemán, el 95% de la población adulta tuvo algún episodio de insomnio transitorio en su vida, pero solo el 5% visita a su médico.
Es un trastorno que afecta a cada persona de manera particular, pueden haber insomnios de corta duración (días o semanas), es el más típico, en el que las causas más frecuentes tienen que ver con el estrés del trabajo, presiones o preocupaciones familiares, eventos traumáticos, etc. Como también los insomnios de larga duración (un mes o más), pero que son más secundarios, es decir, son el síntoma o el efecto de algún otro problema de índole médica, de medicamentos, sustancias como la cafeína o el consumo excesivo de alcohol. Tener insomnio impacta de manera profunda en la vida cotidiana de cada uno, ya que puede causar falta de energía, estado de somnolencia, irritabilidad, problemas de concentración, atención y memoria, repercutiendo en el día a día con un bajo rendimiento o poca concentración.
Los síntomas de este trastorno incluyen:
Permanecer despierto por un largo tiempo antes de dormirse.
Dormir solo por periodos cortos.
Estar despierto durante gran parte de la noche.
Sentirse como si no hubiera dormido nada.
Despertarse antes de tiempo.
El insomnio afecta en mayor medida a las mujeres que a los hombres, uno de los motivos puede ser porque experimentan cambios hormonales únicos que causan los síntomas. También es frecuente en adultos mayores, consecuencia de los cambios en el modo de vida relacionados con la jubilación, viudez, divorcio, empleo, entre otras cuestiones. Las causas más frecuentes de este trastorno son: la ansiedad, el estrés, problemas económicos, cambios frecuentes de horario en el lugar de trabajo, estilo de vida sedentaria y depresión, entre otros.
Un estudio de Mauricio Ohayon, profesor de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento en Estados Unidos, indica que los trastornos psicológicos son la causa del 39% de los casos de insomnio. A su vez, en otro estudio, describe que las personas con insomnio muestran síntomas de depresión en el 40-60% de los casos.
Este trastorno no necesariamente se puede tratar con medicamentos, también está la opcion de realizar una consulta con un/a psicólogo/a para brindar un espacio y que pueda escuchar a esa persona, por la situación que atraviesa y de alguna forma brindar herramientas e inculcar cambios en el estilo de vida, buenos hábitos para dormir, etc. Entre los que se pueden ser: mantener horarios establecidos para ir a dormir y levantarse, evitar sustancias que fragmentan el sueño, como la cafeína, nicotina y el alcohol, establecer un periodo de relajación de 30 minutos antes de dormir y hacer ejercicios regularmente, entre otros factores de cambios.
Además, hay una terapia llamada cognitiva-conductual que suele ser muy efectiva ayudando a aliviar la ansiedad relacionada con el insomnio crónico, técnicas de respiración y meditación, como así también, si el profesional lo indica, seguramente hará una interconsulta con un psiquiatra para que se lo medique y así restablecer un horario de sueño regular.
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