Por: Franco Medina
En 1996, Javier Mainardi tenía 26 años y trabajaba para una multinacional. Un fin de semana estaba en una presentación de empresas cuando tuvo su primera crisis. Antes de esto, venía con estrés laboral, sobrecarga de trabajo y durmiendo mal. Explica que en su caso se le disparó hacia los delirios místicos, que estuvo deambulando casi un día hasta que su familia lo pudo encontrar y terminó con una internación en un instituto psiquiátrico.
A Javier le pasó lo que el psicólogo Mariano Quiroga explica en la primera parte de la publicación, y lo que también dicen muchos profesionales de la salud mental, tardaron en encontrarle el diagnóstico correcto. Con 54 años y un camino que todavía recorre desde la aceptación y el autoconocimiento, recuerda que en un primer momento le diagnosticaron esquizofrenia y no aceptó mucho el tratamiento porque tomaba un medicamento que le producía rigidez, por lo que dejó y a los dos años de esa primera vez, volvió a tener una crisis y a quedar internado.
“Después de este proceso tampoco tuve el diagnóstico correcto, pero con mi familia hicimos interconsultas y ahí me diagnosticaron correctamente y empecé a tomar la medicación para la bipolaridad. Ahí empezamos el camino de la información, trabajando con el médico que nos ponía en contexto las cosas a seguir y fui aceptando la medicación para que haga efecto en mi química, ya que así como cada uno es único e irrepetible, también tiene su química y un medicamento no es lo mismo para uno que para otro”.
Javier junto a su esposa e hijo.
¿Sabías en ese momento lo que era el trastorno bipolar?
No sabía lo que era bipolaridad. Cuando se despierta esto, en mi caso como era en parte delirios místicos, vino todo el desborde de por donde uno puede encarar esta situación, sobre todo por el golpe que produce en ese momento la pérdida de trabajo, la familia tampoco sabía qué era lo que pasaba, ni tampoco por donde se encaraba el camino de la solución.
¿Cuánto tiempo pasó desde el primer episodio hasta el diagnóstico correcto?
Dos años y medio. Tuve buena fortuna, porque normalmente en estadística a nivel mundial se habla que el diagnóstico correcto llega entre los 7 y 10 años. Si bien en el transcurso de los años volví a tener algunas crisis, ya con la medicación correcta, más informados todos en el entorno familiar y la participación en los grupos de ayuda mutua, me quedaba 10 días en mi casa y en mi familia se turnaban cuidándome hasta que me hacía efecto la medicación.
Recién mencionó que en ese momento perdió el trabajo, en base a su experiencia y su trabajo como agente de apoyo mutuo, ¿están preparadas las empresas u organismos, públicos y privados, para poder contener y acompañar a las personas con esta patología?
El gran desafío de todos, de la sociedad, e incluso nuestro como pacientes, es ser agentes de difusión. Los que están en esta problemática deberían empezar a difundirla un poco más.
No tengo dudas que cuanto más conocimiento puedan tener las empresas u organismos, sumado a hacer una tarea de acompañamiento a la persona que sufre alguna crisis, más tener un proceso de reinserción laboral, ayudaría a desestigmatizar y a poder acompañar, ya que cuando más se acompaña más rápido es el proceso de recuperación.
Es una tarea de información y educación, desde las obras sociales con un proceso de acompañamiento, hasta el Estado, con políticas públicas, incluida la policía, que por ahí tienen contacto con personas que están en crisis y al no comprender no saben cómo actuar. Todo esto llevaría a mejorar la calidad de vida y a evitar situaciones críticas. Cuando uno más sabe, mejor actúa.
En septiembre de este año, la Organización Mundial de la Salud, publicó un informe sobre la salud mental en el trabajo. En este documento detallan que en 2019 se estimó que el 15% de los adultos en edad de trabajar tenía un trastorno mental. Además, detallan que los gobiernos, los empleadores y las organizaciones pueden ayudar a mejorar la salud mental en el trabajo mediante la adopción de medidas encaminadas a: prevenir los problemas de salud mental, proteger y promover la salud mental en el trabajo, apoyar a los trabajadores con problemas de salud mental para que participen y prosperen en el trabajo; y crear un entorno propicio al cambio.
¿Cómo se maneja y controla la estigmatización? Tanto la que tiene uno mismo, como la de la sociedad.
Es saber uno en qué etapa está, a quién comentar y a quién no sobre la problemática que uno puede tener. En mi experiencia, tuve una etapa que contaba a todos y veía que la gente se alejaba o dejaba de tener vínculo, hasta que aprendí a quién le cuento o no, si le sirve a la persona que se lo comparto o si ayuda a desestigmatizar.
En gran parte es lo que hablábamos anteriormente, se necesita informar a la sociedad sobre esto, pero es verdad que por falta de conocimiento la sociedad también estigmatiza, aísla o pone la etiqueta, entonces se genera lo agresivo de la estigmatización.
Depende en la etapa que uno esté que tanto le afecta la estigmatización o no, los seres somos únicos e irrepetibles, es una cualidad la que tenemos que genera miedo en la sociedad pero por falta de educación. Cambiar esto es una tarea ardua que tenemos entre todos pero que trae sus beneficios.
¿Cuál es la función del agente de apoyo mutuo y que importancia tiene para una persona con esta patología hablar con un par?
Desde Fubipa (agenteapoyomutuo@gmail.com), la función del agente de apoyo mutuo es poder aportar la experiencia a la persona que está comenzando el proceso, que tuvo alguna crisis u olvidó sus puntos fuertes o fortalezas. También, se trabaja la escucha activa, la concientización de la adhesión al tratamiento y la importancia del mismo, hacerles saber que los pacientes somos parte del equipo tratante, que se empoderen para poder transmitir asertivamente al equipo como se sienten, para poder afinar la puntería en la búsqueda del bienestar.
Cuanto más mejore ese tratamiento uno también va a romper con la estigmatización y la autoestigmatización, porque al ver mejoras, entre otras cosas, levanta su autoestima cuando ves que podes manejarte de otra manera. El objetivo del agente de apoyo mutuo es eso, poder encontrar juntos el camino, y esto se enriquece mutuamente, porque en muchos de los encuentros uno se vuelve a ver reflejado en otra etapa y ve qué cosas estuvo dejando de lado o cuales puede volver a fortalecer.
Es importante recalcar que con los agentes de apoyo mutuo hay una capacitación, se trabaja sobre un manual de Peer2Peer, donde se trabajan distintos puntos que nos ayuda y nos hace un camino de formación de como llegar a ese par.
¿Cómo pueden ayudar las familias y amigos?
Pueden informarse, hay talleres de psicoeducación, también pueden formar parte de los grupos de ayuda mutua para familiares, que están facilitados justamente por un familiar de un paciente. Cuanto más se informe la familia mejor va ayudar a entender la problemática y a usar las herramientas adecuadas.
A veces es estar al lado, por ahí ni siquiera hablar, pero saber que están y comprenden. Mi familia me fue dando los tiempos necesarios que hizo falta para ir comprendiendo mejor, apoyándome desde acompañar, no exigirme pero sabiendo que tengo un proceso que transcurrir.
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